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Entrevista a Mitzuki Wong, exluchadora y esposa del Rayo de Jalisco

  • Foto del escritor: Yma Urakami
    Yma Urakami
  • 30 nov 2015
  • 4 Min. de lectura

Tuvimos la oportunidad de entrevistar a la exluchadora Mitzuki Whong, esposa del Rayo de Jalisco y esto fue lo que nos dijo.

MITZUKI WONG, EXLUCHADORA

¿De dónde le nace el gusto por la lucha?

Yo voy a las luchas desde que tenía la edad de cinco años, por mis papas. Mi papa era reportero de la arena coliseo él trabajaba para una revista, y pues de ahí empecé a asistir a estos eventos.


¿Porque decidiste aventurarte en este deporte?

Yo desde la primera vez que estuve presente en una lucha me apasione de ellas, y le comentaba a mi papa que me gustaba, que me daban ganas de subir al ring, pero paso lo de siempre, mi papa me decía que él no quería que fuera luchadora, solo por el hecho de que yo era mujer.

Después conocí a mi esposo (El Rayo de Jalisco), nos enamoramos y nos casamos, y él siempre supo que tenía esa inquietud de estar dentro de las luchas, después de que tuve a mi primer hijo, pasaron tres meses y yo le pedí apoyo, le insistía en que quería ser luchadora, él me dijo:-está bien te voy a apoyar, te voy a llevar con el profesor "Diablo Velazco", y le voy a decir que te ponga a prueba, él me va a decir si sirves para la lucha o no, si no sirves te retiras y sin decir nada, pero si sirves vas a tener todo mi apoyo.


¿Como fue su experiencia con el entrenador diablo Velazco?

Pues fue todo un honor la verdad, de las mujeres que el entreno, yo fui la última que saco el profesor diablo Velazco. Estuve trabajando mucho por tres meses, terminando esta fecha mi esposo fue a preguntar que como me veía, que si servía para eso o no, y el maestro le dijo, que por supuesto que servía, y más porque me gustaba.

Después de eso dure cuatro años en el gimnasio, aprendiendo lucha olímpica, grecorromana, intercolegial y me enseño la profesional, de ahí ya me convertí en una luchadora profesional Mi debut fue en el 81.


¿Usted a quien admiraba como luchadora?

A mi marido, y colegas mujeres, admire mucho a las luchadoras de antaño como Marina Reyes, Charito Silva, Toña la Tapatía, que son mujeres que iniciaron la lucha libre femenil, que de hecho fue con las que yo debute, porque quiero decirte que yo en mi debut de todas las mujeres que había yo era la más chica de edad, las demás eran ya de alta carrera.


¿Cuál era su nombre de luchadora, cuál era su imagen?

Mi nombre como luchadora era Mitzuki Whong, y no usaba mascara, este nombre me lo puso un señor que ya falleció, que era programador de la arena coliseo, y el me dijo que me quedaba ese nombre, porque tengo los ojos jaladitos etc. El me dio su versión.


¿Sufrió alguna discriminación o rechazo por las personas, por culpa de la profesión que usted eligió?

Mira, si se reciben muchas críticas malas, y siempre en todas las profesiones el patito feo son las luchas, súmale que al principio decían que la lucha era para puro hombres, que en las mujeres se veía mal, pero yo dije, bueno si a mí me gusta por no podré hacerlo; si me critican mal ni modo, a mí me gusta y yo voy a seguir adelante. En la actualidad esto ya es muy diferente, se han abierto un poco más las personas en este aspecto.


¿Cuál han sido las cosas más difíciles que le han pasado, como golpes caídas etc.?

Mira, la lucha desde que subes a un ring ya estas peligrando, es de mucho riesgo, y por supuesto subes bien, dando el cien por ciento, pero tú no sabes cómo vas a bajar. De mis lesiones que te puedo decir, están a la orden del día, llevo dos operaciones en las rodillas y creo que voy por la tercera, porque aún no me han quedado bien, es por eso que me retire, pero no me arrepiento para nadad, amo las benditas luchas.

Yo le digo a mi esposo, si volvería a nacer haría lo mismo, seria luchadora.


¿Cómo es el Rayo de Jalisco como esposo?

Él es un hombre muy trabajador, trabaja muchísimo, había veces que no lo veía en semanas, en meses, y yo me quedaba sola con mis hijos a seguir trabajando, pero lo comprendía porque eran los gajes del oficio.

Fuera de eso mi esposo es un hombre muy cariñoso y muy atento con sus hijos, esto es muy satisfactorio para mí, porque siempre me he sentido muy apoyada por él.


¿Las luchas solventan totalmente sus necesidades económicas?

Mira, yo tengo diez años de retirada, la lucha libre la tome por gusto, pero lo que ganaba no era para mantenerme. Mi marido siempre me dejo muy claro, que estaba bien que luchara, pero que el dinero que ganara era para mí y le podía hacer lo que yo quisiera, que para solventar los gastos de la casa para eso estaba el. Mi marido siempre me mantuvo y hasta la fecha me sigue manteniendo.


¿Cómo hacía para combinar la vida del trabajo y la vida de mamá?

Mira, más bien, yo a mis hijos nunca los deje, trabaja y siempre cargaba a mis hijos conmigo; que era muy difícil, sí, pero tenía que combinar la vida de esposa con la vida de luchadora. Cuando salía de viaje fuera de Guadalajara los llevaba conmigo, porque nadie me los cuidaba, pero cuando se quiere se puede.


Usted como madre, ¿le gustaría que sus hijos se dedicaran en un futuro a las luchas?

Tengo un hijo luchador, Raiman, él es el mayor, y mi hija más chica si quiere, y está en preparación en el gimnasio pero no es nada seguro aun, pero de que le gusta le gusta.


¿Qué diferencias ve entre las luchas mexicanas y las estadounidenses?

Mira yo siempre he dicho que para lucha libre la mexicana, la verdad, en todos los aspectos. En estados unidos yo lo veo como más comercial, desde el insignificante hecho que duran hablando horas con el micrófono, empiezan la lucha, y ni siquiera te duran dos minutos, y en lo que es la lucha mexicana te dan una de treinta, cuarenta minutos, es por eso que yo digo que para luchas mi México.


 
 
 

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